6 nov 2010

Perico antes del Chicote

Pedro 'Perico' Chicote nació en la madrileña calle del Limón el 13 de mayo de 1899, con los últimos coletazos del siglo XIX. Por delante tendría todo un nuevo siglo para descubrir y reinventar.

Antes de 1931, año en que se fundará el bar Chicote, Perico fue forjando su profesión en diferentes locales de Madrid. A los 17 años es contratado como ayudante de barman en el lujoso y centenario Hotel Ritz, perfilándose como uno de los profesionales más destacados de España.

Del lujo y el glamur pasará a las cantinas del ejército español durante el período de tiempo que estuvo en la Guerra de Marruecos con el Regimiento de Ingenieros y Zapadores del Cuartel de la Montaña.
A su vuelta del Magreb, vuelve a las andadas en la hostelería madrileña pasando por castizos casinos, por el hotel Savoy, por las cocteleras del Cook y finalmente por el Pidoux.


Pero las crónicas de la época lo ubican más allá de la barra del bar, levantando vuelo en los eventos más chic de la sociedad aristocrática y la monarquía. Así podemos ver fotografías donde Perico es el que controla y organiza los más variados eventos:

En 1929 el ya afamado barman se embarca en el trasatlántico “Reina María Cristina” para realizar un aristocrático concurso de “cock-tail’s” durante el crucero a Oriente.


Los concursantes pertenecían a la jet set madrileña, entre los que figuraban la vizcondesa de Llaneros, el marqués de Valdeiglesias, marqués de Zafra, marqués de Carlevans, las señoritas Sala-Torelló y Valdeiglesias, los señores Gamboa, Pérez Caballero, Massó, Sala y Murga.
El concurso se celebró a la llegada del barco a Constantinopla.

En 1930 se realiza la reforma del magnífico balneario “La Perla” de San Sebastián, donde Chicote dirige el servicio del bar americano.


“La Perla” era un Club elegante y suntuoso, lugar de reunión de lo mejor de lo mejor de la sociedad donostiarra a quienes Perico hipnotizaba con su presencia y ponía a tono con sus cock-tail’s.




También organizaba concursos de cock-tail's en San Sebastián, con rivales de rancio abolengo y aristocráticas bellezas.


En 1931 el visionario barman añade un servicio más al balneario, si el bañista no puede acudir al bar, el bar se transporta a la playa. En San Sebastián el cock-tail puede tomarse sin salir del agua y sin privarse de los baños de sol.


Eran los locos años treinta. Aquellos años en que los caballeros se confiaban al oído: “¡Oh, es una mujer que fuma cigarrillos egipcios y bebe cock-tail’s americanos!” y con esa frase quedaba todo dicho. Y Perico, con su chaqueta blanca, detrás del mostrador agitando con maestría la coctelera, hacía amigos y se guardaba las confesiones.


Las playas donostiarras inspiran la creación de nuevos cock-tail’s con nombre de mar: “oleaje cock-tail”, “sirena cock-tail”, “bergantín pousse-café”, “aperitif maelestron”, “océano cock-tail”, “lobo de mar pousse-café”...


Los éxitos de Chicote iban más allá de esos idílicos veranos y los cruceros a Oriente. Su arte en la alquimia de cock-tail’s le llevó a participar en eventos de postín, codeándose nada menos que con Alfonso XIII, como muestra esta fotografía de 1930 tomada en la Ciudad Universitaria.


Chicote viajará por Europa, Asia y América recolectando los más curiosos brebajes, tomando notas, experimentando y creando. Será impecable e implacable como barman, llegando a escribir una serie de libros con recetas y vivencias antes de dar el gran paso a la consagración definitiva, hecho que acontecerá en septiembre de 1931 con la inauguración del Bar Chicote.

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2 comentarios:

  1. Hace un par de años, quizá algo más, comíamos mi hijo Roberto y yo frecuentemente en Chicote.

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  2. Estas en todas, María Rosa!
    Un abrazo
    Eduardo

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